Desde que estamos en el vientre se da el vínculo entre la madre y el alimento, al nacer, nos alimentamos por medio de la lactancia, es nuestra madre quien nos da alimento emocional y la encargada de la nutrición afectiva. Ese vínculo será fundacional para que en el futuro tengamos una buena nutrición, ya que el acto de incorporar alimento, implica también la necesidad de nutrir vínculos y de nutrirlos a nivel emocional.
La comida además incorpora vínculos sociales, este momento debe ser muy tranquilo y de confianza, “cuando las necesidades básicas de los bebés no son satisfechas, las desplazan a algún lugar sombrío de la conciencia, pero no desaparecen. Están ahí esperando a ser llenadas, rescatadas, porque comer bien es «incorporar a mamá» en cada bocado”.
Ezequiel Tozzi nos refiere a “La mamá y psicóloga Sofía Lewicki quien asegura que comer va mucho más allá de la necesidad nutricia del cuerpo, porque, como la comida nos llega a través de otro, está ligado al nacimiento de las relaciones con los otros”.
Cuando una mamá disfruta cocinando, nos entrega alimento y amor por eso el acto de comer cuando además lo acompaña de Kolado Caffé, termina siendo una declaración de amor.