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Café en Colombia: desde los jesuitas hasta la taza en tu mano

Uno de los cafés más deliciosos del mundo, el café colombiano, está lleno de historias y tradición, y Kolado caffé quiere contarte todos los detalles. 

Las primeras menciones del café en nuestro país se encuentran en el libro El Orinoco Ilustrado de 1730, escrito por el jesuita José Gumilla. Sin embargo, no fue sino hasta 1835 que se empezó a cultivar el grano de café en Colombia con objetivos comerciales en el Norte de Santander. Con el pasar de los años, se fue incrementando el cultivo en los departamentos de Antioquia y Cundinamarca debido a que, durante la confesión, los feligreses de la población eran asignados la penitencia de la siembra del café.  

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, se consolidó el café como producto de exportación en Colombia, en cuanto a sus principales consumidores, Norteamérica lideraba la lista, seguido de países como Francia y Alemania.  

Para el siglo XX, se organizó la primera asociación de productores de café colombiano y celebraron su primer congreso en Bogotá en 1921. Durante el segundo de estos congresos, en Medellín en 1927, se dio inicio a la Federación Nacional de Cafeteros. Esta federación se originó con el principal objetivo de crear una caficultura organizada y que representara calidad competitiva internacionalmente, estaba compuesta por los productores de café de todas las regiones que quisieran inscribirse y se organizó como una persona jurídica de derecho privado de carácter gremial sin ánimo de lucro.  

Pero no todo fue siempre tan fácil, en 1960, iniciaron unas nuevas producciones de café en África a un muy bajo costo, lo que trajo consigo tiempos difíciles para los caficultores colombianos. A raíz de esto, se creó un pacto mundial cafetero que buscaba regular la producción y evitar que, por un exceso de granos de distinta calidad, se ocasionara una caída preocupante en los precios internacionales. 

Este pacto fue efectivo y cumplió su propósito hasta finales de los años ochenta, cuando se rompió. Hoy en día, la producción de café pasó a manos de más de 50 países en su totalidad. Y, a pesar de tanto mercado competitivo, Brasil, Colombia y Vietnam llevan la delantera con un 60% de producción mundial de café.  

El café fue reconocido con el estatus de Denominación de Origen en 2005 por el gobierno colombiano, este es un sello de calidad referente al lugar de procedencia de un producto, es decir, en el caso del café, se certifica que las disposiciones geográficas que tenemos en los cultivos de café en Colombia tienen un alto impacto en la calidad de nuestro producto.  

El 27 de septiembre de 2007, la Unión Europea otorgó el reconocimiento de Indicación Geográfica Protegida al café colombiano, esto significa que sus regímenes de calidad dan fe de que el café de nuestro país tiene ciertas características específicas —en cuanto a su sabor, aroma, tipo de grano y procesos de producción— gracias a la ubicación geográfica propia de los cultivos.  

Hasta la fecha, el café colombiano es considerado el más suave a nivel mundial. Este producto es una de nuestras insignias a nivel internacional y merecedor de altos reconocimientos. Su sabor es aplaudido y preferido gracias al perfecto balance y la cantidad incontable de variantes que podemos encontrar, por ejemplo, en Kolado caffé contamos con una presentación única y con tres sabores —original, vainilla, canela y panela—.  

Ahora que sabes parte del recorrido histórico que han hecho esos deliciosos granos para llegar hasta tu hogar como la más cálida y apetecida bebida, ¿no se te antoja preparar un exquisito Kolado caffé?  

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